jueves, 28 de abril de 2011

Ángel de asfalto

He soñado contigo sin saber que soñaba
He llorado tu ausencia, sin aún conocerte
He sonreído contigo sin percibir siquiera tus labios
He desnudado tu cuerpo tantas noches, 
que sin verlo, conozco ya todos sus rincones.

Con semblante abatido,
Con la faz marchita,
Con el desánimo calándome los huesos, 
me senté a esperarte.

Con el brío y el desorden con que los niños salen al recreo, llegó la primavera.
Una voz… Tu voz, me despertó por la espalda.
Al volverme supe que los ángeles no tienen alas,
Que aparecen cuando uno menos los espera.



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