martes, 7 de junio de 2011

Aullándole a la luna

Nunca sabré si perdí definitivamente la cordura intentando seguir de cerca tus huellas, o si ya había perdido el Juicio cuando me topé de frente con tu rastro. Sólo sé que me sentí lúcido en mi locura, sutil en mi torpeza.

Nunca sabré quién decidió comenzar aquel viaje a ninguna parte, quién fue el primero en quitarse el collar que nos ceñía el cuello. Sólo sé que me gustó vagar sin correas, sin ataduras. A tu lado.

Nunca sabré si fuiste tu quien quiso probar el sabor de mi boca, o si fui yo quien se aventuró a descubrir el tacto de tu lengua. Sólo sé que aquella noche las sombras se tornaron en luces,  las nubes me envolvieron en  caricias.

Si  le aúllo a la luna, el eco me devuelve los acordes de tus silencios.

                 Foto cedida por Álvaro Marín – Fotógrafo.

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