martes, 19 de julio de 2011

Fantasmas

Su nombre es ridículo, Elisabeth Castañuelas,  pero lo es más su aspecto, tan sólo una sábana de cuadros de colores cubre su nacarada piel.
No le gustan las cadenas, ni hace ruido al andar. Tampoco emite ruidos terroríficos, no sé bien si por discreción o por timidez.
Su torpeza le impidió aprender a traspasar paredes, por eso cada noche le dejo las llaves bajo el felpudo.
Se introduce en mis sueños sin pedir permiso. Merodea entre mis recuerdos y juega a colocarlos, a desbaratarlos a su antojo. Reemplaza imágenes turbias en blanco y negro por atardeceres de colores, desgarra mis lamentos y los esconde suavemente entre los frunces de mis sábanas. Recita versos que siempre quise escuchar, para acallar los que nunca debí oír.
Cuando pretendo abrazarla, se desvanece entre los sueños, por eso le dejo mensajes en el espejo de la habitación. Ayer me explicó su presencia en mi vida; lo hizo pintando un mensaje con mi lápiz de labios:
- Me da miedo la oscuridad

A Guille, trovador en ciernes, por regalarme este relato.

1 comentario:

  1. Madre míaaa no sabes la ternura que acabo de sentir por Elisabeth, me dan ganas de adoptarla...un fantasma que le da miedo la oscuridad!! qué cosa más bonita por diosss...
    (Pero lo que más me ha gustado, es que tú fueras su luz ;) )
    (otro 10)

    ResponderEliminar