sábado, 30 de abril de 2011

Primavera sesgada

Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura una resplandeciente mañana del mes de abril, le sesgó la vida meses después.
Se dejó embriagar de primavera y cerró los ojos para besarle. Cuando decidió abrirlos, fue demasiado tarde. La misma venda que usó para cubrirlos, le asfixió el otoño.

Infiel

Nos encontramos en la noche como lobos hambrientos,
Con las maletas cargadas de excusas que contar.
Nos vimos a contraluz, en blanco y negro,
 como una fotografía antigua.
Imaginé la sombra del engaño apuñalándome en la espalda.
Jugando con fuego y deseando arder en tu infierno.
Sin poder poner remedio a lo inevitable.
Deseando que aquella noche terminara cuanto antes 
y ansiando que el reloj se parara en aquel instante.
Nos despojamos de nuestras mochilas llenas de cargas.
Tus responsabilidades envolvieron las mías,
 colgando un cartel de “cierre por derribo”.
Al llegar la medianoche se nos acabó el tiempo como a Cenicienta.
Una última copa en un viejo antro. Un Taxi para ti, otro para mí.
Hasta nunca, pensé,
 pero mis labios sólo pronunciaron un susurrado Gracias.

jueves, 28 de abril de 2011

Ángel de asfalto

He soñado contigo sin saber que soñaba
He llorado tu ausencia, sin aún conocerte
He sonreído contigo sin percibir siquiera tus labios
He desnudado tu cuerpo tantas noches, 
que sin verlo, conozco ya todos sus rincones.

Con semblante abatido,
Con la faz marchita,
Con el desánimo calándome los huesos, 
me senté a esperarte.

Con el brío y el desorden con que los niños salen al recreo, llegó la primavera.
Una voz… Tu voz, me despertó por la espalda.
Al volverme supe que los ángeles no tienen alas,
Que aparecen cuando uno menos los espera.