Te escondo en el reverso de
mi piel,
donde guardo lo incorrecto,
lo insurrecto, lo
im-Perfecto.
Te navego en el fango
de la incomprensión, de la
presión, de la cerrazón.
Te sondeo en universos poliédricos
sin vértices amables, afables,
trazables
Mi centro de gravedad,
tus
manos.