Mi participación mensual en el ETNC, con ilustración de Juan Luis López y sobre las palabras al estilo Cortázar.
Para ver el relato y los comentarios podéis pinchar en este enlace.
lunes, 25 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Cosas de niños
El amanecer se perfilaba angosto, de aire denso, corrompido; mi hermano no
cesaba de gimotear en la cuna que algún día fue mía. Olía mal, a babas, a restos de leche en su pijama, a
heces. Traté de avisar a mis padres, pero no me atreví a abrir su puerta. La
música espantaba hasta a la mugre que se había hecho fuerte en la madera, el
humo del tabaco se colaba por las bisagras y el hedor del whisky irritaba
nuevamente mi pituitaria.
Volví a la habitación pasando primero por la cocina. Unas
tijeras con las que mamá despiezaba el pescado me servirían.
Corté su dedo pulgar, para que dejara de chupárselo, para
que no encontrara consuelo y lloró. Fuerte, enérgico, con hipo. No fue
suficiente, la risa histriónica de mi madre envolvía el eco del bebé. Traté de contar ovejas para dormir, pero
preferí sus dedos. Tomé su otro pulgar.
-8, qué bonito. Como el infinito al revés.
Este relato ha sido seleccionado para esta antología homenaje a Charles Bukowski. La noticia ha sido aún más agradable al saber que comparto publicación con Miguel Jiménez Salvador, Purificación Menaya y Nicolás Jarque entre otros. Un lujo.
domingo, 3 de noviembre de 2013
Estrategia
Mi padre se llenó de silencios al mismo tiempo que a mi
madre se le escapaba el júbilo por la ventana. Descubrí que sus vidas divergían
y que el único punto de confluencia era yo.
El terror se apoderó de mí e imaginé mi vida como una maleta
con el destino marcado por un convenio regulador. Preso del pánico, establecí una maniobra de
acercamiento.
- A grandes males,
grandes remedios, pensé y me dispuse, como un estratega militar a
establecer las artimañas oportunas para evitar el más que previsible naufragio
familiar.
Con mi padre la táctica fue sencilla, a los hombres se nos
gana por el estómago. Comencé a levantarme media hora antes de que sonara su
despertador para prepararle desayunos suculentos con mensajes de amor
subliminales.
Las mujeres son más complejas en esto de las artes
amatorias, así que con mi madre usé a “San Google” para plagiar versos de amor
e introducirlos en el buzón con un remitente evidente “Estoy tan cerca de ti y
sin embargo tan lejos…”
La expresión de sus rostros fue tornándose feliz, seguían
sin hablarse, pero intuí que todo iba viento en popa hasta que un día, durante
la cena, me confesaron su verdadero cambio.
Papá se había enamorado de Mariela, la mujer que limpiaba
nuestra morada y con la que llevaba meses poniéndose del mismo color,
seguramente tras deglutir tan sugerentes
desayunos.
Mamá por su parte, había iniciado un romance con Miguel, el
soltero de oro del quinto piso, que aún no entendía por qué ella le pedía cada
noche, tras hacer el amor en silencio, que siguiera deleitándole con sus
palabras.
Ahora que el tiempo lo ha calmado todo, me siento
triunfador. Ellos son felices y a mí no me hace falta una maleta. Con tan sólo
una mochila para subir o bajar del piso de arriba, puedo pasar los fines de
semana, la navidad y las vacaciones sin cambiar siquiera de portal.
Mariela y
Miguel tratan de suplir su torpeza colmándome de regalos. ¿egoísta? Es posible,
pero me la sopla.
Foto cedida por Fuga, artista multidisciplinar
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