martes, 5 de abril de 2016

Ruega por nosotros

Deja unos puntos suspensivos, como cuentas de un rosario prendiendo del talle de su hábito.
Tras los azotes, Sor Ángela me ha puesto cara a la pared y, como cada viernes, ha vuelto a castigarme sin recreo. Sé que esos son el menor de los castigos.
- Tienes que ser buena…, me susurra al oído, sujetando mi rostro, mientras el alborozo del patio se cuela sin piedad por las rendijas de la ventana.

Fotografía tomada de la red

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