La casa ha comenzado
a llenarse de hormigas, se cuelan por las rendijas de la cocina, por debajo de
las puertas, se meten por la ropa, por la nariz, por el hueco que me dejaste
entre los ventrículos.
Lo han invadido todo, incluso ayer las descubrí
bebiéndose la última cerveza que nos trajimos de Praga. Seguramente brindaban
por lo nuestro, como lo hicieron todos cuando te fuiste, menos yo.
Imagen tomada de la red
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